"El año en que Alicia Gris llegó a Madrid, su mentor y titiritero, Leandro Montalvo, le enseñó que cualquiera que aspire a conservar su sano juicio necesita de un lugar en el mundo en el que pueda y desee perderse. Ese lugar, el último refugio, es un pequeño anexo del alma al que, cuando el mundo naufraga en su absurda comedia, uno siempre puede correr a encerrarse y extraviar la llave."
Carlos Ruiz Zafón, El laberinto de los espíritus, Planeta, pág. 179.
Lector: Daniel García Cancio. Profesor do Departamento de Grego do IES Xesús Taboada Chivite de Verín.
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